Oremos...
Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
La voz del pastor
“Dejémonos atraer desde ahora por la esperanza y permitamos que a través de nosotros sea contagiosa para cuantos la desean”. Con este deseo del Papa Francisco expresado en la Bula de Convocación del Jubileo Spes non confundit, hago entrega a todos los presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas y fieles en general, de este subsidio pastoral y litúrgico para la celebración del Año Santo Jubilar en la Arquidiócesis de Cali.
¿Cómo celebrar este jubileo 2025?
La oportunidad de vivir el mensaje de esperanza
El Jubileo 2025 es una invitación especial para acercarnos más a Dios, vivir la fe con alegría y renovar nuestro compromiso con la Iglesia. Este año santo, marcado por el lema “Peregrinos de Esperanza”, nos ofrece momentos únicos para reflexionar, celebrar y compartir la misericordia divina en comunidad. Descubre cómo puedes participar activamente en las celebraciones y vivir este tiempo de gracia de manera personal y significativa.
¿Qué es y cómo ganar la indulgencia?
El Jubileo 2025 es una oportunidad única para experimentar la gracia y la misericordia de Dios a través de la Indulgencia Jubilar. Por eso el Papa Francisco nos recuerda que la reconciliación sacramental no es solo un deber, sino una hermosa oportunidad de sanación espiritual, un paso esencial en nuestro camino de fe. Además, la Penitenciaría Apostólica establece que durante este Año Santo, la Indulgencia puede lograrse mediante peregrinaciones a lugares jubilares, adoración eucarística, rezos como el Rosario o el Vía Crucis, y participación en actividades formativas sobre la fe.
Esta invitación no se queda en un aspecto jurídico, sino que nos impulsa a la conversión integral, siguiendo el ejemplo del Hijo Pródigo: reconocer nuestras faltas y recomenzar con la gracia de Dios.